miércoles, 15 de agosto de 2007

un poco brujas, y un poco hadas



La verdad, es que de hace un rato que pienso que estoy debiendo escribir algo sobre mi primera vez en la opera y en la blondie, experiencias singulares de estas últimas semanas. Pero luego de que hace un rato, se fuera una amiga de mi casa, y me aprestara a llenar mi mesa de centro, de flores, canela y otras yerbas, no puedo si no pensar en mis queridas brujas, mis amigas y otras mujeres.


Para empezar debo aclarar, que siempre me he llevado mucho mejor, con los especímenes del sexo opuesto. Tal vez porque tengo el mismo sentido del tacto que un demonio de tasmania, y la misma honestidad que un niño de tres años, lo que ha provocado que mis congéneres y yo no simpaticemos, porque ¡ claro!, cualquier comentario u opinión poco diplomática, es tomada como un ataque personal, y ahí se queda trunca toda posible amistad.


Con los hombres, en cambio, todo es más fácil, una les dice con todas sus letras, que están haciendo puras leseras, y tan amigos como siempre ( claro está, distinto es cuando esos amigos se convierten en tu pareja); pero en general entienden que un comentario es eso no más.


Sin embargo, me he tenido que dar cuenta, que pese a lo que yo pudiese diagnosticar; estoy llena de mujeres maravillosas, seres llenos de luz, que con los años han recibido y me han retroalimentado, de elogios, mimos y también críticas, y se han convertido en las hermanas que nunca tuve.


Ellas me han ayudado, en esta época de soledad, en la que he dejado de tener a mi mejor amiguito al lado todo el día, a disfrutar miles de cosas maravillosas tan propias de mujeres, y lejos de tener una sesuda conversa sobre política y economía; tomamos un té verde, nos leemos el tarot, prendemos incienso, invocamos sueños y tratamos de arreglar el mundo, buscando causas, e invocando una solución celeste y mágica.


Esta comunión, y la situación de juntar nuestras energías, ha resultado un acontecimiento gozozo. La semana pasada, se me ocurrió organizar un aquelarre en mi departamento, y junté amigas del colegio, de la universidad, y de la pega, la caco se esmeró en el mágico ritual de la cocina, y compartimos muchas cosas ricas, más otros brebajes etílicos y pasamos momentos de verdad únicos, imposibles de igualar en compañía masculina. No se hablo de trabajo, casi no de hombres en particular, sólo de como cada una vive su propio universo.


No pude sino después de ese encuentro concluir, que pese a los maravillosos " amigos", que tengo; tambien tengo a mis "queridas brujitas", que me acompañan, me hacen cariño, me apoyan, me hablan de cosas inconversables con un hombre, y me dan toda la chance, para invocar las hadas y ángeles que cada día vienen a acompañarme.








2 comentarios:

Mallén dijo...

Y ahí seguiremos... para eso estamos. Ah! y espero que uses el regalo pues!!!!!!

Viole dijo...

bueno, eso se da sólo con mujeres, los hombres como tu dices, son más toscos, y una conversación la racionalizan inmediatamente... bueno son hombres... que más se les puede pedir? me alegra que te sientas querida por tus amigas, eso es re importante en la vida... y en la amistad, además si piensas, la amistad es como el pololeo... infartable la discusión o comentario mal entendido...
que estés bien y gracias po r tus animos, me sacaste una sonrisa...

nos vemos