congreso...para la libertad

Corría el verano del año 1991, y se venía el primer Festival de Viña en democracia, y ahí yo me encontraba en la mitad de la galería de la Quinta Vergara con unas entradas regaladas- mirando ya ni me acuerdo a que artista- cuando llegaron a mi vida estos chiquillos de Congreso.

Yo tenía 15 años, y mientras esperába que se abriera esa noche de Festival, observaba entre los concurrentes a dos chiquillas universitarias ( mayores para mí en esa época), que llevaban una pancarta, en la cual no se veía foto de artista alguno, sino que era un afiche que se titulaba" para los arqueologos del futuro". ¿Que cosa sería eso? Mi duda se despejaría más tarde y para siempre, mientras ellas cantaban eufóricas los temas de ese álbum de 1989 de Congreso.

En algún momento de esa noche Vodanovic los presentó, y yo empecé a ver mi futuro correr frente a mis ojos. Yo la niñita de 15 años, de familia conservadora, excitada y perpleja por el maravilloso recital que dió " Congreso", empezando a darle vueltas a varios conceptos preprogramados, aprendía apreciar el talento por sobre el marketing. Nunca en mi vida, había escuchado a musicos tan espectaculares, y en los años venideros muy pocas veces lo he hecho.

De seguro en esos momentos mis conceptos de mundo comenzaban, al menos a anaranjarse, y empezaba a convertirme en la chiquilla crítica que un buen día se marchó para no volver. Para contextualizar aclaro que hablo de la época en que Ricardo Lagos era Ministro de Educación, yo era dirigente estudiantil, y la creación y la discusión la llevaban, y la música de fondo cuando todo cambiaba del gris del miedo, a los colores de la alegría, era " en todas las esquinas viva la libertad...".

Luego, por allá por el año 1996, cuando yo ya era una chiquilla universitaria apareció ese hermosísimo: " Por amor al viento", y me enamoré nuevamente de Congreso, de ese álbum y de esas canciones. Simplemente tengo todas esas canciones metidas en mi vida; y en ese momento, en este momento y en todos los momentos, me hacen sentir viva y con ganas.

En esa época cuando todas íbamos a ser reinas, debo haber sido casi una grouppie, fuí a varios recitales, unos gratis y otros módicamente pagados. Me acuerdo que con la Paz, hasta estábamos un poco enamoradas de Pancho Campos que tocaba el bajo en Congreso y en Fulano.

Y todo esto se los cuento, porque el viernes 17, tuve la maravillosa experiencia de lograr estar en cuerpo y espíritu en el recital de 30 años, donde reunieron a practicamente todos sus intregrantes desde el año 1969, con video de recuerdo de los fallecidos y Joe Vasconcellos incluido.

Toda mi ida al recital fué tan mágica e inesperada, porque pese a mirar el afiche con hambre desde hacía meses, no encontraba partner para ir. Y cuando 2 horas antes del recital mágicamente encontré partner, ya no encontraba entradas. Pero finalmente, también aparecieron las entradas, y logré estar de cuerpo y alma presente este viernes en Estación Mapocho, ( cosas que agradezco de vivir en la capital).

Y estas cosas me hacen creer en lo ángeles- aunque los ángeles logren conseguir entradas por medios no muy santos- pero finalmente la sonrisa no me la despintó nadie toda la noche, y cuando escuchaba ciertos temas como " nocturno", descubrí que después de todo " valparaíso", es un estado mental, y que en noches como aquella me siento eternamente en casa.

Y constatándome en este estado mental o espiritual de valparaíso, cada vez que escucho a Congreso, no puedo dejar de reflexionar sobre la forma en que el pueblo hace a sus músicos, y los músicos hacen a su pueblo. Porque siento esta música como tan propia de mi vida, mis amigos, mi ciudad y mi crecimiento como pocas. Y además viendo a estos chiquillos empinados en los sesenta años, tan vitales, entiendo que el amor a la belleza, y ese deseo imperioso de cambio y revoluciones, son otro estado mental, el que no se agota nunca en aquellos que aún mantenemos el corazón intacto, pese a todo.

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