Estos gatitos dormían la siesta, junto a otros varios, cerca de la tumba de Evita en el Cementerio de la Recoleta en Buenos Aires. Con mis amigas ante tanta tumba entreabierta, preferimos no cuestionarnos en que consistía su dieta.
En todo caso, no pude evitar paparazear e inmortalizar su remolonear entre panteones, mucho sol, y muchos turistas con sus cámaras frente a las tumbas. Muchas muy extrañas, incluso las habían de señores excentricos que pidieron ser enterrados de pie.¿?
En fin, definitivamente no es serio este cementerio.
viernes, 6 de julio de 2007
no es serio este cementerio
Publicado por alfonsina en 11:01
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3 comentarios:
Amo los gatos, adoro los cementerios (sí, fuerte, pero realmente amo los cementerios) y me encaaaanta que hayas viajado a Baires (qué ganas de haberte acompañado, en fin, ya saldrá alguna oportunidad por ahí)
Linda foto, querida. Ya ha quedado más que claro que usté le pega al cocío.
Entrega algunos datos sobre la dieta de los mininos, debe ser "especial"...
Que linda foto... jajaja
La verdad los gatos no son de mi agrado... sigo prefiriendo a los perros...
Pero La Cleo fue definitivamente un ser exepcional!
El cementerio no ha de ser muy "convencional" eso de ser enterrado de pie no es "comun" jajaja
Como a la Mallo, me gustan los cementerios... mas que todo por la historia que guardan... me encanta!!! es notoria la diferencia arquitectonia de epoca en epoca...
Y mas simpatico es ver que costumbres pueden guardar sus distinguidos habitantes...
Gracias por tu posteo, esta hermoso...
Saludos
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