una flor para carlitos

Hace muuuchos años, cuando entré a kinder, conocí al que sería mi primer amor en la vida; su nombre era Carlos, y era el niñito que la llevaba en el kinder, era el más alegre, el de la sonrisa más maliciosa, el más desordenado, y el más lindo. Yo empecé siendo su pareja en los concursos de baile, y no me acuerdo como empezamos a " pololear". Nuestras familias lo encontraban enternecedor, su abuelito me regalaba dulces, y nuestros compañeros de cursos mayores, incluso nos inventaron un casamiento en que un compañero las hacía de cura, yo era la novia, él el novio. Nos casamos con beso, luna de miel y todo, claro que no nos alcanzaba la imaginación con tiernos cinco años para saber que se hacía en una luna de miel, pero de todos modos concebimos una linda y saludable muñeca.

Al año siguiente, él se cambió de colegio y lo dejé de ver; pero al año subsiguiente yo llegaría a su mismo colegio y nos volveríamos a encontrar. El más grande,de siete u ocho años, seguía igual de inquieto, y era el lider de sus compañeritos en las maldades. Pero cuando llegaba el recreo, y corría con sus amiguitos a hacer travesuras a sus compañeritas, primero dejaba a todos en claro que no se podían meter con la niñita de lentes; a ella la tenían que dejar jugar tranquila.

Con los años, yo me fuí a mi tercer colegio, luego me cambié de Playa Ancha al plan de Valparaíso, y no recuerdo haber sabido más de Carlitos; hasta que un día cuando ya estaba en la universidad, mi mamá me cuenta consternada que se había encontrado con su mamá, la cual le había contado que a Carlitos lo habían asesinado en una riña. Tuve una pena tremenda al percatarme que mi novio-amiguito, que me defendía en la infancia, a esa alturas ya un estudiante de ingenieria, había muerto asesinado. Por lo que contaba su madre, lo habían herido porque había salido en defensa de otro amigo al que habían intentado asaltar, y por su temeridad lo mataron. No tengo que explicar lo destrozada que quedó su familia, y lo tremendamente injusta, irreparable, y prematura que resultó asimilar su muerte para todos; aún para los que habíamos dejado de verlo por tantos años.

Ese mismo año murió mi abuelo; y no sé como logramos dar con la tumba de Carlitos, cuyos restos corporeos, coincidentemente descansan en el mismo edificio que está enterrado mi abuelo en el Cementerio 3 de Playa Ancha en Valparaíso. Así desde hace años, cada vez que voy a ver a mi abuelo- tal como la semana pasada-guardo una flor para Carlitos; se la paso a dejar y le cuento que siempre me acuerdo de él, y él me cuenta que aún allá arriba, sigue dejando a todos bien claro, que nunca deben meterse con la niñita de lentes. Entonces me marcho y me siento más protegida.