Hace unos meses, asomada a la ciudad, él me decía que le dijera lo que sentía. El miedo me invadía, me daba vueltas en los ojos, me apretaba los brazos, y él me pedía que se lo dijera, ¡ ay! esa palabrita!. Luego pronuncié millones de te amo, luego lo escuché de sus labios, y ahora que otros labios del pasado se me dirigen cuestionándome: " amor, como has estado", " chao amor, que descanses", me complica otra vez esa palabrita.
¿ Será la costumbre arraigada de los años, de pronunciar continentes sin contenido?
¿ O será que no está entendiendo que la época de ese amor ya es pasado?
Se me vienen mil rebotes a la memoria, entremedio aquel " vampiro", que recién luego de un año de historia revuelta, me espetó fuerte y claro: " lo que pasa es que yo te amo". Creo que nunca más lo dijo.
Me acuerdo de los poemas del colegio, de las caminatas por los cerros, y porsupuesto de los últimos atardeceres en "El quisco", en que muchos " te amo" se pasean en mis pasillos cronopios ( a efectos de esta cita, próximo link).
Recuerdo mi última conversación con él, donde le dije que había que ser un pcco más responsable, antes de decir " te amo", antes de decir" te adoro", y antes de dejar que otro involucre el alma.
Ante todo esto, cuando ni la fuerza de costumbres arraigadas por tantos años, me hace brotar la frase" amor, como has estado", me declaro cada día más convencida de que pese a lo que digan otros labios irresponsables y confundidos, a mí me sigue pesando "la palabrita" en los versos y en el alma, y sólo la seguiré pronunciando cuando esté en condiciones de asumir todas las maravillosas o dolorosas consecuencias que pueda acarrear su sonido en el aire o papel.
2 comentarios:
Amor, amor amor... nació de tí, nació de mí, de la esperanza...
Ese es el punto; la esperanza. Y la certeza.
Me dolió la guata con tu post... yo a estas alturas le he agarrado tanto respeto a la palabra aquella que me cuesta un mundo decirla como sentimiento. Como sustantivo, nop. Pero ponerle cara y entraña... oh, rayos, rayos... Difícil cosa es. Será el miedo de mierda al re-fracaso, a la re-traición, a la re-des-esperanza...
Demonios, demoniossss...
chuata!, así de intensa suelo ser, y parece que tanta intensidad deja a varios con gastritis, y no me postean.
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